INDOAMÉRICA: Pueblo Continente, brevario


El presente comentario es un esfuerzo de síntesis de éste interesante tema que cobra actualidad nacional e internacional, por su nivel y contenido encontrado en la obra de Enrique Cossío Del Pomar titulado Víctor Raúl, de la Editorial Enrique Delgado Valenzuela (padre de PP Lucho Delgado).


América en el Siglo XIX, nos encontramos apegados al historicismo que reduce todo, a una relatividad histórica. En el orden espiritual, también llegamos a crearnos una falsa mentalidad, producto de las enseñanzas europeas y de especulaciones filosóficas de la época.


Pocos se preocuparon por favorecer la cultura tomando en cuenta los valores históricos de nuestro continente. Desdeñaron cultivar la afinidad de problemas e intereses nacionales. De conocer ideas que nos unen y de seguir el ejemplo de los precursores del pensamiento americano.


Martí, Sarmiento, Rodó, Gonzales Prada, Andrés Bello, Justo Sierra, José Ingenieros, Manuel Ugarte, Sanín Cano, Ricardo Rojas, como Haya de la Torre y tantos otros; dieron proyección continental a los problemas nacionales, que trataron de unir a las repúblicas americanas en un ideal común estableciendo la necesaria relación para romper las fronteras convencionales.



América en el Siglo XX, se va liberando de sistemas y formas que nada tienen que ver con ella, donde el periodo colonial dejó sus taras y ninguna de sus virtudes; manteniendo a sus habitantes alejadas de las prácticas democráticas, cultivando sus valores espirituales. América está forjando su propia conciencia.


Es aquí, donde aparece el mensaje doctrinario del aprismo al pueblo continente.


El credo solidario de la “unidad política, económica y defensa continental” como único medio de hacer posible la libertad económica con justicia social mediante la creación de un mercado común, “Ni pan sin libertad ni libertad sin pan”, por la “Ciudadanía continental”, por el “Interamericanismo democrático sin imperio”, por la consolidación de una “Nueva democracia política económica” que haga efectiva la unidad de los pueblos de nuestra América.


Este es el ideal continental que expone Víctor Raúl Haya de la Torre en la doctrina aprista que llevará a Indoamérica hacia la “Autonómica y superior etapa de la extensa nación continental, industrializada y próspera”.


Keyserling, pensador inglés, al respecto dice: “Esta propuesta me parece asegurar el porvenir de América, porque antes que descienda el espíritu sobre éste continente, puede producirse una civilización original y conforme a su naturaleza, porque existen las condiciones previas para el próximo renacimiento, de aquel espíritu que hizo posible el milagro griego, y surja en América una consciencia para salvación de los hombres y redimirlos de la brutalidad”.


Con el devenir del tiempo aparecieron intelectuales, políticos, artistas, pensadores y hombres de acción que comienzan a preocuparse de la realidad política, económica y social en este vasto escenario americano que vienen a unirse al gestor del pensamiento continental.


Nada debe detener al nacionalismo continental señalado por Miranda, Hidalgo y Belgrano, hasta el genio de Simón Bolívar. La gran patria americana que soñó Martí y cuyas fronteras por el norte son el Río Bravo (Méjico) y por el sur Cabo de Hornos (Chile).


Estimados lectores, en el próximo comentario desarrollaré las definiciones filosóficas, históricas, geográficas, antropológicas y sociológicas del porqué Haya de la Torre denominó a éste escenario. Indoamérica.


SAI.

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