El
término Imagen Corporativa Empresarial
se refiere a un esfuerzo provocado de una entidad por imponer una imagen
a través de una técnica de una comunicación moderna, dentro de un nuevo enfoque
de la empresa en conjunto.
Ahora
bien, el término “imagen” es el conjunto de reflejos de una entidad que percibe
la comunidad o la sociedad. Entonces la definición de imagen corporativa (según
David Berstein es el resultado de una interacción de expresiones, creencias,
conocimientos con respecto a la empresa.
Es
necesario que esta expresión sea en base a la aplicación de los resultados de
un trabajo planificado. Cabe señalar que la estructuración de una imagen empresarial
previamente elaborada debe responder a una base de valores reales. No es una
sensación del grupo humano dentro de la empresa. La identidad corporativa es,
pues el resultado de un esfuerzo de descubrir sus riesgos y potencialidades.
Muchas
veces las principales de actividades empresariales gravitan en la conformación de una imagen y percepción de ella por parte
del público, distorsionando y lo que es peor, contrariando completamente la
voluntad o creencia de los altos funcionarios o socios respecto a la imagen
corporativa que está proyectándose en su entidad.
En
otros casos, aquellos acontecimientos más difundidos o trascendentes de la
historia o del quehacer de la entidad, son los que, polarizando la atención del
público o de su mercado objetivo, se destacan de tal modo del resto de sus
manifestaciones externas o de sus actividades propias de ella que influyen en
la imagen corporativa.
Estos
factores y otros, de alguna manera contribuyen a desdibujar la imagen que la empresarial
de tal manera que comienzan a sobresalir independientemente, facetas de la
imagen total que debiera subyacer en la
empresa en vez de sobresalir y descomponerla. Se produce a veces el fenómeno
que acertadamente se llega a calificar como una imagen, donde la identidad
corporativa pierde unidad.
La
imagen corporativa debe responder a un ordenamiento de facetas que la componen,
a una integración racionalizada de elementos deliberadamente escogidos, propios
y concretos proyectados a la comunidad y cuidadosamente difundidos,
preferentemente en base a un plan estratégico.
Es
evidente que no es habitual en nuestro medio que una empresa posea y maneje una
imagen corporativamente muy propia.
También
Luís Tejada Palacios (1), empresario y un tratadista le denomina Imagen
Natural, que puede ser buena o mala dependiendo del nuevo enfoque de los planteamientos
corporativos, siendo mayores las probabilidades de que sea mala, en razón de
que la imagen no planificada no puede ser gestionada ni menos controlada, lo
que casi invariablemente la lleva a descomponerse o a desplazarse hacia lugares
y nichos de mercado que no son de interés de la empresa.
La
administración de la imagen corporativa infiere
toda una política basada en una renovación de actitud mental dentro de
una corporación. El convencimiento debe venir directamente desde los más altos
niveles de decisión con la fe, la moral de grupo y el espíritu colectivo
inducido, motivado y consolidado en y desde el punto de vista de los
trabajadores de la empresa.
La
administración de la imagen corporativa deberá estar basada en la consolidación
de valores reales de la empresa y, si es necesario, en la creación de valores
que todos desean poseer. La gestión de la imagen, tendrá que basarse
necesariamente en valores intrínsecos de
la cultura organizacional más que en valores extrínsecos.
El
factor principal de la administración de la imagen corporativa es la difusión y
toma de conciencia al interior de la organización, de la imagen que se desea
proyectar. A nivel instrumental, debe desarrollarse un programa de inducción,
capacitación y entrenamiento que logre concretar en la mente de todos y cada
uno de quienes componen la organización, un sólido concepto de la imagen
corporativa estructurada y planificada para ser proyectada a la comunidad y,
principalmente entrenar a todos los estamentos, en función de sus respectivos
roles, en el modo y manera de proyectarla.
La
gerencia general, los gerentes y ejecutivos de primer nivel tendrán que asumir
la responsabilidad de mostrar con sus actitudes y comportamiento ante los
trabajadores, proveedores, clientes y comunidad que representan la imagen
corporativa previamente planificada. De un plan deliberado
La
imagen es el resultado de la búsqueda del éxito, principio o final de la
capacidad de competir en un mercado, no puede ser resultado de una casualidad
histórica de una empresa ni una representación involuntaria de su trayectoria,
si no fruto de un plan deliberado y planificado, destinado a lograr su
trascendencia en la comunidad, en el país y en el mercado globalizado.
SAI.
(1)
Luís Tejada Palacios “Gestión de la Imagen Corporativa” Editorial Carbajal SA.
Colombia.


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