SIGLO XXI es la era del Consumidor




SIGLO XXI es la era del consumidor Hemos tenido la era del cooperativismo, del sindicalismo, de los partidos políticos, y ahora estamos entrando a una nueva era. La del Consumidor, que tiene elevada importancia práctica en el mundo de hoy, concretamente en nuestro país, particularmente aquí en el departamento Ica, donde ciudadanos potencialmente consumidores, hicieron suya la iniciativa del Centro de Investigación y Estudios para la Promoción del Desarrollo Comunal –CIDECO- para constituir una institución representativa que, promueva, oriente, difunda y defienda los derechos del consumidor y usuarios en forma personal, colectiva y/o difusa de los afectados y posibles afectados. 


La fundamentación del proyecto a realizarse era el que en el mundo moderno, aún subsisten, formas de explotación, marginación y exclusión de gran parte de hombres, mujeres, niños y ancianos sufren la impotencia humana ante las injustas formas de dominación del Estado, Empresas Privadas y los Hombres mediante la insatisfacción, desprotección y abuso en la prestación de los diversos servicios públicos y privados que es también una nueva forma de injusticia social. La nueva era, denominada mundialización o globalización mundial, donde las relaciones de comercio e integración de mercados y/o países productores, conlleva el avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología, también debería exigirse el mayor cumplimiento de los derechos fundamentales de la persona humana, siendo uno de ellos el de la protección y defensa de los consumidores y usuarios que necesitan ser conocidos, difundidos y respetados por las instituciones públicas y privadas. 

Y que en virtud a la Constitución Política del Perú que establece que la persona humana es el fin supremo del Estado y la Sociedad; y por tanto como peruanos preocupados deberíamos aportar nuestra cuota de conocimiento en éste esfuerzo. Esta contribución se ha convertido en la “Defensoría del Vecino” que hemos constituido en la ciudad de Ica y que la preside el economista Juan Romero Contreras, y esperamos que en el resto del país, se constituyan similares agentes promotores en la defensa de los ciudadanos – consumidores para alcanzar la justicia social en el Perú. Que además, es un aporte sustancial a la población para la defensa de sus intereses inmediatos y mediatos que ocurran por el abuso, discriminación, perjuicio y desatención por parte de las personas e instituciones en la prestación de los servicios públicos y privados, como son: energía eléctrica, telefonía, agua y alcantarillado, transporte, vivienda, salud, educación, créditos de consumo, accidentes de trabajo y de tránsito, tributos, trámites ante el gobierno central, gobiernos regionales y locales; etc. Los consumidores, pues, empiezan a entender que son, fundamentalmente, sujetos de derecho. Lo importante es que los usuarios tengamos un nivel de coordinación y podamos actuar en determinados temas de manera conjunta sobre todo en la representatividad de los consumidores en los organismos reguladores de tarifas como son OSIPTEL, OSINERG, SUNASS, etc; al margen de los entes reguladores, no existe, como en otros países, una institución dedicada exclusivamente a defender a los consumidores y usuarios. INDECOPI, que muchos pensábamos significaba “Instituto de Defensa del Consumidor y Protección de la Propiedad Intelectual” sin embargo sus siglas significan “Instituto de Defensa de la Competencia y Protección de la Propiedad Intelectual” como diría Jaime Delgado Zegarra Presidente de Asociación Peruana de Consumidores –ASPEC- es un híbrido en el que se mezclan muchos temas como derechos de autor, publicidad comercial, propiedad intelectual, acceso al mercado, salida del mercado, subsidios, etc. Y la defensa del consumidor está reducida sólo a una comisión que se ocupa del tema. Sin embargo se avanzado algo en materia de defensa del consumidor, antes eran los tribunales penales, ahora se han creado Entes Reguladores, INDECOPI y Defensoría del Pueblo, pero es insuficiente. Los consumidores han aprendido a reclamar, hoy ya no se quedan callados, no se resignan tan fácilmente al abuso y al atropello. Por otro lado, la mayoría de las empresas se aterran frente a la posibilidad de un reclamo y más aún cuando se hace público. 

Esto nos demuestra que no están preparadas para enfrentar un reclamo, necesitan administrarlo o manejarlo apropiadamente. Ya es tiempo que las empresas públicas y privadas en general, aprendan a manejar apropiadamente los reclamos, ya que éstos son una oportunidad para conocer sus deficiencias y corregirlas. Y del Estado, qué decir.? no existen autoridades responsables de velar por los derechos de los consumidores y usuarios; la política aplicada en éstos últimos años, los gobiernos sucesivos han promovido la desregulación y la no intervención del Estado en la economía, en la creencia que los problemas de mercado se deberían resolver solos, desamparando a la población. Finalmente, consideramos que esta tarea de concientizar a la población, tiene el objetivo de crear conciencia de sujeto jurídico a los consumidores y usuarios. Es decir, su condición de persona con obligaciones de pagar el servicio, y también con derechos en la participación tarifaria y calidad del servicio. Esa es la lógica que debería imperar en un sistema de libre mercado , pero obviamente hablamos de condiciones ideales, que no son precisamente las de nuestro país, y por ello la regulación con participación del usuario y arbitraje del Estado es una tarea urgente y prioritaria. El fenómeno económico denunciado como imperialismo en el siglo pasado, no es necesariamente invasivo, en el siglo XXI. No es la penetración de los cañones y de soldados. 

El imperialismo, decía Víctor Raúl haya de la Torre, es la inversión que abusa, pero esa inversión es necesaria. Con esa inversión hay que saber tratar, negociar, es imprescindible y necesario, por que es el capital, es la máquina, es la tecnología y es la modernidad; eso cuesta, hay que pagarlo, más aún cuando somos un país pobre y posiblemente mucho más caro que en países desarrollados. Todo eso depende de la capacidad de negociación y defensa del Estado, que defiende al consumidor, que defiende el impuesto que debe pagar el inversor extranjero y, eso sólo lo hace un Estado Antiimperialista Estamos seguros que las instituciones representativas de los consumidores y usuarios tendrán un espacio y hegemonía muy importante en el mundo de hoy, dadas las circunstancias de posicionamiento de mercados transnacionales que orientan las relaciones de integración, comercio y desarrollo, que harán añorar a los partidos políticos que han perdido su visión estratégica del futuro o han desandado su camino.

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