En virtud a lo establecido por nuestra Constitución Política, en su artículo 2º inciso 20, que reconoce el derecho de toda persona, a formular peticiones, individual o colectiva, por escrito, ante la autoridad competente.
Es que vengo ante usted para ejercer mi Derecho
de Petición a fin de solicitarle que por su alta investidura en nombre
del Estado peruano “denuncie” la Convención Americana sobre Derechos Humanos
y, siendo competencia del Poder
Ejecutivo, quien dirige la política exterior y las relaciones internacionales
con lo establecido 11) del artículo 118° de la Constitución Política del Perú,
a fin de establecer la Pena de Muerte en nuestro país, para el tratamiento
legislativo de execrables crímenes que vienen ocurriendo en forma ascendente en
nuestra sociedad, provocados por Violadores sexuales de varones y
mujeres, niñas y niños, actos que afectan profundamente a las víctimas y sus
familiares. Homicidas violentos, que afectan a los familiares de las
víctimas. Narcotraficantes de todo tipo de drogas naturales y químicas,
que perjudican a los consumidores y a los familiares de éstos. Corruptos
que le roban al Estado peruano, que afectan al país en su economía. Traficantes
de seres humanos y sus órganos, que afectan a víctimas y sus familiares. Terroristas,
que afectan a víctimas, familiares, comunidades y al país en general, etc. Ante
estas lacras sociales no hay capacidad de respuesta de parte de nuestra
legislación penal.
Por
ello, es que solicito que al amparo del Artículo 78° de dicha Convención,
inicie los mecanismos y las condiciones establecidas para que el Estado Peruano
denuncie la Convención Americana de los Derechos Humanos en lo referente a la
aplicación de la Pena de Muerte, que en opinión de la ciudadanía, ésta entidad
no cumple su función de defensa de los derechos humanos de las víctimas, que
cuando asesinan a un civil o a un militar, o policía no toman las acciones
legales ni institucionales. Por eso los Derechos Humanos no sirven para nada
dentro de su lógica.
Razones
que nos convoca a ésta solicitud:
La vida humana debe que tener
un precio (No económico, porque es imposible poner una cantidad a una persona).
La cárcel no es suficiente compensación para la víctima, ni su familia, así que
lo más justo es una vida por otra, o a quien a hierro mata a hierro muere
(Mateo 52).
No es justo que un asesino tenga más derechos que la
víctima, es necesario que se lleve a cabo un debido y eficiente proceso para un
juicio justo.
Tal como está la economía nacional, la implementación de la
pena de muerte ayudaría a aliviar las arcas del estado, ya que actualmente,
existen un promedio de 85,000 presos en las distintas cárceles del país, y el
costo mensual de cada uno de ellos, es de S/.1,500.00 soles mensuales, aproximadamente,
entre alimentación, luz, agua, vigilancia, medicina, psicólogos, etc., sin
contar los gastos policiales, jurídicos y otros.
Los familiares de las víctimas claman justicia, ante un
execrable crimen y la pena de muerte en éstos casos, es justa y necesaria.
Un criminal muerto, no podrá volver a cometer un crimen,
pero vivo sí.
Los
argumentos a favor de la pena de muerte sería en el caso de que se tengan las
pruebas fehacientes e irrefutables de que ésa persona no se va a reintegrar a
la sociedad y en donde se le ponga continuará lastimando a otras personas, caso
común de los reincidentes, por ello es necesario la implementación de la pena
de muerte.
Estas
personas simplemente no tienen los valores para convivir en una sociedad, es
decir no respetan la vida de sus semejantes y son capaces de matar, lastimar,
vejar o abusar de otras personas, las veces que puede.
A éstas
personas no tenemos porqué, los contribuyentes seguir manteniéndolos de por
vida en una prisión, desafortunadamente no hay un lugar en el mundo, donde
podríamos “desterrarlos” para que no tengan nunca más contacto con la sociedad
y evitar así, que vuelvan a cometer otro crimen.
No
debemos gastar dinero de los contribuyentes en costos carcelarios e
innecesarios para mantener y cuidar personas absolutamente despreciables por la
sociedad que han matado, violado y destruido vidas de víctimas, familias y
amigos por siempre.
Por
lo expuesto, Señor Presidente, es deber constitucional proteger la vida y valores
de todos los peruanos para construir un país mejor y seguro para nuestros hijos
y para los hijos de nuestros hijos. Los peruanos como yo, esperamos tome la
acertada decisión de “denunciar” la Convención Americana sobre Derechos Humanos
para implementar la pena de muerte en nuestro país, que el pueblo está
esperando.
Depende
de usted. Señor Presidente, con todo respeto.

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