REGIONALIZAR EL PAÍS Y DESCENTRALIZAR EL ESTADO, imperativo nacional




Desde cuando obtuvimos la independencia de los españoles, los peruanos tuvimos un Estado, prototipo liberal, sujeto a voraces intereses de una clase social elitista, dominante, entreguista e inepta a la vez; sorda y ciega a las reclamaciones de la población, de espaldas a la necesidad del cambio social, rodeado de zigzagueantes tecnócratas.


Existe aún, una desigual distribución de los recursos y de riqueza nacional, como existe también la necesidad de transformar viejas estructuras económicas y sociales, que se dan desde el Perú provinciano, donde se está germinando la gran revolución descentralista y moral para superar ese viejo orden injusto y arbitrario.


La limeñización del Perú, incuestionablemente frenó la posibilidad de planificación, concertación efectiva y oportuna entre organismos públicos, entes empresariales privados y representantes del sector laboral, que determinen y ejecuten proyectos y programas de desarrollo integral para los pueblos del Perú profundo.


Es imperativo, retomar el proceso de “regionalización del País y descentralización del Estado”, las razones son de diverso orden: crisis económica social permanente, subempleo y desempleo, pauperización creciente de poblaciones, desatención en los servicios públicos básicos, precarias condiciones de vida del poblador peruano al interior del país.


La regionalización y descentralización son dos fortalezas importantes de la planificación del desarrollo, que buscan modificar la estructura del poder político y económico, la demarcación territorial con fines de eficiencia y complementariedad productiva, industrialización; así como de integración de diversas realidades y pisos ecológicos.


Este proceso, contendrá el avance migratorio hacia la capital de la república, permitiendo el equilibrio entre el campo y la ciudad. Esta revolución regional será fecunda y creadora, más fuerte y profunda, más heroica e irreversible, descentralista y desburocratizante, dando soluciones in situ a los problemas regionales.


Entonces, los gobiernos regionales serán genuina expresión y voluntad soberana de las provincias encarnando su mejor futuro a través de la concertación económica, social, institucional y política.


Este proceso revolucionario tiene su fuente de inspiración en el legado secular de insignes peruanos como: Faustino Sánchez Carrión “lo que quiso y quiere el Perú, al declararse independiente  es que, de cementerio, se convierta en patria de vivientes”. Jorge Basadre “la historia del Perú en los últimos tiempos ya no será la subversión de las provincias contra Lima, sino lo que la rebeldía de ellas, emanen”, posición coincidente con el pensamiento de Manuel Gonzáles Prada “la desinfección nacional no puede venir del foco purulento: la acción necesaria y salvadora debe iniciarse fuera de Lima”.


Javier Pulgar Vidal, científicamente expresa “el propósito de la regionalización transversal del territorio peruano, es asegurar a cada futura región, la posibilidad de disponer de toda clase de riquezas y recursos naturales que les permitan alcanzar un desarrollo sostenido y lograr la consiguiente abundancia y holgura”.


Víctor Raúl Haya de la Torre, sentencia “ha llegado la hora de construir un gran frente único nacional de los pueblos del Perú, especialmente de las provincias para que al fin, el civilismo y el centralismo respeten la voz de la nación”.


Paul Samuelson, norteamericano, premio Nobel de Economía 1987, finaliza diciendo: “lo auténtico que genera riqueza en los pueblos y en los hombres; no es necesariamente la economía, sino fundamentalmente la educación y la cultura”.


Los peruanos tenemos este reto de inspiración y trabajar, por un futuro mejor.


FUENTE:

La Región asumiendo su desarrollo/Eudoro Terrones Negrete 1990.


SAI.


Desde cuando obtuvimos la independencia de los españoles, los peruanos tuvimos un Estado, prototipo liberal, sujeto a voraces intereses de una clase social elitista, dominante, entreguista e inepta a la vez; sorda y ciega a las reclamaciones de la población, de espaldas a la necesidad del cambio social, rodeado de zigzagueantes tecnócratas.


Existe aún, una desigual distribución de los recursos y de riqueza nacional, como existe también la necesidad de transformar viejas estructuras económicas y sociales, que se dan desde el Perú provinciano, donde se está germinando la gran revolución descentralista y moral para superar ese viejo orden injusto y arbitrario.


La limeñización del Perú, incuestionablemente frenó la posibilidad de planificación, concertación efectiva y oportuna entre organismos públicos, entes empresariales privados y representantes del sector laboral, que determinen y ejecuten proyectos y programas de desarrollo integral para los pueblos del Perú profundo.


Es imperativo, retomar el proceso de “regionalización del País y descentralización del Estado”, las razones son de diverso orden: crisis económica social permanente, subempleo y desempleo, pauperización creciente de poblaciones, desatención en los servicios públicos básicos, precarias condiciones de vida del poblador peruano al interior del país.


La regionalización y descentralización son dos fortalezas importantes de la planificación del desarrollo, que buscan modificar la estructura del poder político y económico, la demarcación territorial con fines de eficiencia y complementariedad productiva, industrialización; así como de integración de diversas realidades y pisos ecológicos.


Este proceso, contendrá el avance migratorio hacia la capital de la república, permitiendo el equilibrio entre el campo y la ciudad. Esta revolución regional será fecunda y creadora, más fuerte y profunda, más heroica e irreversible, descentralista y desburocratizante, dando soluciones in situ a los problemas regionales.


Entonces, los gobiernos regionales serán genuina expresión y voluntad soberana de las provincias encarnando su mejor futuro a través de la concertación económica, social, institucional y política.


Este proceso revolucionario tiene su fuente de inspiración en el legado secular de insignes peruanos como: Faustino Sánchez Carrión “lo que quiso y quiere el Perú, al declararse independiente  es que, de cementerio, se convierta en patria de vivientes”. Jorge Basadre “la historia del Perú en los últimos tiempos ya no será la subversión de las provincias contra Lima, sino lo que la rebeldía de ellas, emanen”, posición coincidente con el pensamiento de Manuel Gonzáles Prada “la desinfección nacional no puede venir del foco purulento: la acción necesaria y salvadora debe iniciarse fuera de Lima”.


Javier Pulgar Vidal, científicamente expresa “el propósito de la regionalización transversal del territorio peruano, es asegurar a cada futura región, la posibilidad de disponer de toda clase de riquezas y recursos naturales que les permitan alcanzar un desarrollo sostenido y lograr la consiguiente abundancia y holgura”.


Víctor Raúl Haya de la Torre, sentencia “ha llegado la hora de construir un gran frente único nacional de los pueblos del Perú, especialmente de las provincias para que al fin, el civilismo y el centralismo respeten la voz de la nación”.


Paul Samuelson, norteamericano, premio Nobel de Economía 1987, finaliza diciendo: “lo auténtico que genera riqueza en los pueblos y en los hombres; no es necesariamente la economía, sino fundamentalmente la educación y la cultura”.


Los peruanos tenemos este reto de inspiración y trabajar, por un futuro mejor.


FUENTE:

La Región asumiendo su desarrollo/Eudoro Terrones Negrete 1990.


SAI.

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