IRRESPONSABILIDAD en la conducción del Estado

 





Según la Real Academia Española, el “Estado es el cuerpo político de una nación, país o área territorial, autónomo sometido a las leyes de los asuntos de gobierno en general”. Y sus componentes son los poderes constituidos: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y el Poder Judicial, con facultades de cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes; fiscalizar y legislar; como la de administrar justicia respectivamente.


La conducción política del Estado se basa en el ejercicio de la “Democracia” como sistema de gobierno en el exacto sentido de la palabra “del pueblo, para el pueblo y, por el pueblo” que significa bienestar económico, social, político y cultural dentro del marco de cumplimiento estricto de la ley. La democracia en rigor, no ha llegado aún.


Los peruanos asistimos a una democracia desfigurada y adulterada, es nuestro deseo, se le devuelva al pueblo su confianza en ella, no es honesto decirle que vive en democracia, pero no vive en paz, sufre denigrantes desigualdades sociales y económicas, no se aplica la ley en todo su rigor. Somos un pueblo con sed y hambre de justicia social y el Estado, está distraído.


La beligerancia actual e irresponsable en la gestión política del Estado pone en grave peligro la democracia, sobre la cual, pende la amenaza del péndulo político, agitado por un lado, los grupos de poder denominado la “derecha” expoliadora, explotadora, abusiva, corrupta y sinvergüenza que, con la inestabilidad política y económica es otra fuente de enriquecimiento” y, por otro lado; la “izquierda comunista” irresponsable e incapaz de proponer un proyecto de desarrollo con justicia social, también corrupta y sinvergüenza, agitan demandas populares y hacen  negocio, como y con la derecha cavernaria que dicen combatir.


El peligro de la destrucción del sistema democrático en nuestro país está dado por la imprudencia, del poder Ejecutivo de no corregir errores señalados ni enmendar rumbos; de la imprudencia del poder Legislativo que en vez de dictar leyes que favorezcan al pueblo, fiscalizar y apoyar la lucha contra la corrupción institucionalizada que hace grave daño a la moral pública, se ha dedicado a tiempo completo, “vacar” la Presidencia de la República sin justificación legal alguna. Tampoco es capaz ni tiene autoridad moral para asumir errores y enmendar rumbos; el poder Judicial se convierte en cómplice de ésta inestabilidad política económica al no ejercer la administración de justicia eficiente y justa.


Ante esta irresponsabilidad total, la corrupción institucionalizada, oronda y milonga se fortalece y desarrolla en todos los niveles y áreas del Estado.

 

Las “elecciones” en ésta débil democracia, son el génesis del sistema, como lo es el parto para el ser humano. Una madre no puede denominarse como tal, si no ha culminado su tarea de formar un hombre cabal y útil a la sociedad. Si al dar a luz al hijo, no lo alimenta, no lo educa y, al contrario, lo abandona a su suerte, sencillamente ha cumplido no solo una función natural como cualquier ser viviente, como los animales, los reptiles o los insectos.


La democracia es igual; exige una serie de comprobaciones, actitudes y conductas de todos, porque todos queremos vivir en paz y buscar el bienestar general.


Que la incertidumbre y la inestabilidad no nos convierta en “Perístratos”.


Construyamos el Futuro del Perú.


FUENTES:

Democracia o Farsa/Héctor Vargas Haya 1984.

Contrabando/Héctor Vargas Haya. 4° edición 1976.


SAI.

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