CRECIMIENTO ECONÓMICO y Desarrollo Social

 


 

En nuestro país existe aún, un patrón de crecimiento amorfo que ha inducido y agravado el fraccionamiento social: las desigualdades económicas, la pobreza centenaria expresada principalmente por la pandemia, la falta de atención en salud, el desempleo, desnutrición, alta mortalidad y morbilidad, carencia de vivienda y servicios de saneamiento, la inseguridad así como la ausencia de acceso a las decisiones y la supeditación de formas culturales ajenas; son la realidad cotidiana de millones de peruanos.

 

El Perú indígena y pobre, comuneros y minifundistas del sector agropecuario principalmente andino, trabajadores del sector informal urbano y desempleados, constituyen un segmento social muy importante pero con bajo nivel de organización que ha visto reducido su participación en la riqueza y su redistribución.

 

El Estado peruano ha demostrado no tener capacidad de respuesta a ésta realidad, lamentablemente ha contribuido a reforzarla al amparo de la Constitución neo liberal del 93, ahondando esta dispar distribución del poder social, económico y político. Tal incapacidad es porque nos hace falta un concepto de Desarrollo y un Modelo alternativo.

 

El concepto de Desarrollo y su dinámica se nos presenta muy complejo porque se refiere a la realidad social global –espacio tiempo, histórico -  e implica a su vez una multiplicidad de elementos heterogéneos; con frecuencia el concepto de Desarrollo es utilizado por algunos políticos y otros, que tampoco conocen el término, para señalar una meta de la acción social en general.

 

La necesidad del Desarrollo para nuestro país, aparece como un proceso histórico que implica la necesidad de “cambios estructurales” profundos en los campos de la economía, la organización social, política y cultural, a través de una movilización del esfuerzo interno y dinámica de las fuerzas productivas. Obviamente, que éste esfuerzo implica necesariamente un enfrentamiento estratégico a las estructuras de dominación y dependencia y, en consecuencia, no puede realizarse sin grandes conflictos, tanto internos como externos.

 

 

El concepto de “Desarrollo, para un país como el nuestro, se presenta como un proceso de consecución de logros, tanto cualitativos como cuantitativos, en el orden económico, social, político y cultural, que conlleva a la superación de calidad de vida de la población, que permita la realización de la persona humana, dentro de una sociedad con justicia social”. (SANTOS ALEJOS IPANAQUÉ: Macro Región Centro Sur Meridional. Pág. 20, 21 Editorial. L. Antonio Obispo V. 2018).

 

En consecuencia el Desarrollo así concebido, se basa en las potencialidades internas del país a través de una estructura articulada e integrada, sectorial como regional que se orienta a la búsqueda de una mayor racionalidad en el uso de los recursos humanos, naturales, financieros; así como a la racional ocupación del territorio nacional y a una efectiva participación ciudadana en la toma de decisiones que afiancen la soberanía popular y por ende la soberanía nacional.

 

El hecho de tener un concepto de Desarrollo, nos obliga a reorientar nuestras necesidades, nos damos cuenta que debemos dar el verdadero salto hacia una conciencia real de ciudadanos, para satisfacer nuestras necesidades económicas, sociales, ambientales, políticas y culturales, que nos permita asegurar a las generaciones futuras, la posibilidad de desarrollarse en un país sano, seguro, limpio y justo.

 

Esa Conciencia de Desarrollo significa que los peruanos debemos identificarnos con nuestra realidad y cada peruano sepa desempeñar un papel serio y responsable, como su aporte alícuota en la consecución de esos logros.

 

Definitivamente, necesitamos Promotores Sociales que dinamicen el Desarrollo de nuestros pueblos.

 

SAI.

 

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